En nosotros están todos los colores del arco iris.
A nuestro alrededor, existen ondas que no vemos ni oímos. Observamos sus efectos, que nos llegan a través de la tecnología, como por ejemplo, los ya imprescindibles móviles. Sin embargo, sí que podemos ver el COLOR.
Después de la lluvia, y por su causa, que produce la luz cuando la atraviesa, vemos el siempre maravilloso Arco Iris.
Actualmente, la ciencia reconoce que todo está hecho de energía. Incluso el ser humano. Energía que vibra. Cómo los colores.
Los colores son vibración. Energía que se transmite, y que nos puede beneficiar en nuestra salud y bienestar.
A un nivel de pura observación, podemos darnos cuenta de la influencia que ejerce la vibración energética de cada color en nuestro estado de ánimo.
Por ejemplo, en un ambiente decorado en rojo, al principio podemos sentir una capacidad de mayor actividad y/o fuerza. Sin embargo, si permanecemos mucho tiempo bajo su influencia, aflorará el sentido de la impaciencia, e irritabilidad.
Si nos rodeamos de color gris, tal vez aparezca cierta apatía o somnolencia.
Hay diversas interpretaciones para la energía que transmiten los colores. Iremos viendo algunas de ellas. Veremos, que influyen varias circunstancias, para su influencia, desde la pureza, o mezcla de colores, hasta incluso las interpretaciones en diversas culturas.
Lo que queda claro, es que SÍ, nos influye su energía. Así que, ya que eso está científicamente probado, vamos a utilizarlo en nuestro favor.
Los colores, tal como lo plantea la cromoterapia, tienen la capacidad de afectar nuestras vibraciones energéticas, sintonizando a frecuencias vibratorias específicas capaces de aportarnos salud y bienestar.
Según la M.T.C. (Medicina Tradicional China), la energía fluye por nuestro cuerpo en todo momento en un estado de equilibrio. Cuando ésta se bloquea, se produce la enfermedad, y la falta de armonía.
La energía es vibración y frecuencia. Cómo el color. Por tanto es fácil deducir, que éste es capaz de armonizar los bloqueos y alteraciones de energía.
Encontramos el color, en cualquier aspecto de nuestra vida. En la naturaleza, por todas partes.
El verde de los árboles, la vegetación, el azul del mar, el marrón de la tierra, el amarillo del sol, el plata de la luna, el blanco de la nieve...
Disfrutando con amigos, del relax de la vegetación y la luz del sol.
En las flores, el rojo de las amapolas, campanillas azules, girasoles amarillos, margaritas blancas, violetas, y tantas otras.
Te invito a que añadas, en tu imaginación, todas las que te gusten o recuerdes.
En nuestros alimentos, el rojo del tomate, de los cakis, el verde del kiwi, las frutas naranjas, nísperos, albaricoques amarillos, vegetales verdes, así cómo especias y condimentos.
Como particularidad de un color que no es habitual entre los alimentos, el azul o el lila, estar en un entorno de estos tonos, puede quitar el apetito.
Especifiquemos aún más. Ha quedado claro, que los colores nos afectan. Es curioso saber que cuando influyen en nuestras emociones, se producen efectos en nuestras frecuencias de vibración. Y esto a su vez, hace que nuestro cerebro segregue unas determinadas sustancias químicas. Relajantes, armoniosas, curativas. O lo contrario.
La luz es energía en estado puro, está en cada rincón del Universo. Se desplaza a una velocidad constante de 300 mil Km./seg. Es partícula y onda a la vez-
Lo que percibimos como color, son longitudes de onda de distintas frecuencias que emiten los objetos al interactuar con la luz.
Dicho de otra manera, el color, depende de la luz al interactuar con objetos. De hecho, al notar la luz, lo que se percibe es la energía que nos transmite.
La frecuencia de los colores, en su frecuencia vibratoria, nuestra visión, la percibe en una franja determinada, que va desde el violeta (380 nm) al rojo (750 nm).
Colores cálidos (rojo, naranja, amarillo), que producen una reacción subjetiva percibida como temperatura. Dichos colores, cercanos al rojo, son más utilizados para reflejar alegría, pasión, energía, rabia, etcétera.
Colores fríos (azul, verde): reflejan una sensación fría. Tienden a alejarse del espectador y se relacionan con temas tales como la tristeza, la soledad, la pobreza, el desconcierto, etcétera.
Algunas de las propiedades que expresan y transmiten los colores, teniendo en cuenta los matices que proporcionan las diferentes culturas, serían, en síntesis, las siguientes:
-El blanco es símbolo de pureza, armonía, bondad y optimismo.
-El negro, misterio, poder, elegancia, seguridad y autoridad.
También, tristeza y desanimo.
-El rojo expresa vigor y fuerza.
-El amarillo proporciona vitalidad, alegría, sabiduría, e imaginación.
-El naranja: creatividad, optimismo, salud y vitalidad.
-El verde es el color de la sanación. Aporta equilibrio y esperanza.
-El azul transmite paz y tranquilidad.
- El índigo transmite apertura de espíritu y mente.
- El violeta transmite intuición e incentiva la evolución espiritual.
Los colores impactan en nuestros sentidos. Su percepción, como ya indicaba, nos causa emociones, que entre otras cosas, nos ayudan a percibir --y disfrutar-- del arte.
Dada su gran influencia, en nuestra vida, y en nuestra salud y bienestar, se utilizan de diversos modos, en los que he profundizado en mis siguientes artículos:
LOS CHACRAS Y EL COLOR
CROMOTERAPIA
INFLUENCIA DEL COLOR EN NUESTRA VIDA COTIDIANA
(Artículos en preparación)